Antecedentes del Mercado de Tarjetas de Crédito
El límite impuesto a la tasa de interés y comisiones por avances de efectivo, ha tenido un impacto muy importante sobre la rentabilidad y crecimiento de las carteras de tarjetas de crédito de los bancos emisores. La reducción en los ingresos puso de relieve que las tasas de interés y otras comisiones cubrían altos subsidios cruzados entre clientes y compensaba hasta cierto punto un alto riesgo de incumplimiento de algunos segmentos de la cartera.
Después de realizar un análisis agregado de rentabilidad y comparaciones internacionales, la respuesta de parte de los emisores ha sido aumentar el límite mínimo que ofrecen, y estarán revisando las políticas para evaluar y revisar su apetito de riesgo. Adicionalmente, buscarán elevar los límites asignados de aquellos de poco riesgo, pero que están por debajo del límite mínimo, para hacer crecer su cartera de tarjetas de crédito y rentabilizar a estos clientes. Esta reacción por parte de los emisores era totalmente previsible y el impacto será reducir el acceso a este producto para la población de menores ingresos, jóvenes y consumidores con un perfil de riesgo mayor (que no son necesariamente los mismos segmentos).
Independientemente del análisis de política económica respecto al impacto que esta regulación de precios tendrá sobre la población que buscaba favorecer, forzará un cambio dramático en el modelo de negocios de tarjetas de crédito que venían aplicando los emisores. La combinación de aumento en los límites mínimos y la reducción en el apetito de riesgo, llevará a una reducción en el tamaño del mercado potencial, y además será más difícil la competencia por los clientes, por su perfil ya altamente bancarizado.
Implicaciones para el Crecimiento y la Rentabilidad
Esto implica que el crecimiento y la rentabilidad de las carteras de tarjetas de crédito requerirá de políticas y estrategias diferenciadas que sean compatibles con el comportamiento de uso y prioridades de los consumidores, ya que las mismas deben tomar en cuenta el alto grado de heterogeneidad de los tarjetahabientes. Los bancos emisores están «sentados» sobre un importante caudal de información de sus clientes, que combinada con otras fuentes y con modelos de segmentación apropiadas, potencializa el diseño de estas políticas y estrategias.